Sinopsis

Diez personas reciben una invitación, firmada por un desconocido Sr. Owen, para pasar unas vacaciones en la Isla del Negro, en la región de Devon. En este islote sólo existe una lujosa mansión a donde los diez invitados llegarán el día señalado. La primera noche, después de la cena, serán sorprendidos en el salón por una voz en off que los acusa, uno por uno, de haber sido cómplices o culpables directa o indirectamente de la muerte de diversas personas en el pasado.  Los invitados niegan las acusaciones y alegan que las muertes fueron accidentales y que, aunque quisieron ayudar a las víctimas, no pudieron. Lo que parece una broma macabra se convierte en una espantosa realidad cuando, en una atmósfera de miedo y mutuas recriminaciones, van sucediéndose los crímenes, uno tras otro, de acuerdo a cada una de las estrofas de una antigua canción infantil llamada Diez Negritos, que los  diez invitados pueden leer sobre la chimenea central del salón...

La situación empeora cuando, tras los primeros asesinatos, registran la isla y, aterrados, descubren que, en toda la isla, no hay nadie más, están ellos solos. El asesino, sin lugar a dudas, es uno de ellos...

Además, desde que el barco les llevará a la isla a su llegada, no han vuelto a ver ningún medio de transporte por el lugar. Están aislados... Y condenados...

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Diez Negritos significa todo un hito en la obra de la prolífica escritora, ya que fue la primera obra que ella misma adaptó de una de sus novelas, tal como nos cuenta la historiadora especialista en la obra de la autora inglesa Carolina Dafne Alonso Cortés:

"Desde que en 1928 se llevase a escena por primera vez una obra de Agatha Christie, el hecho se ha repetido por espacio de casi treinta y cinco años."

En un principio fue adaptada por otros. Ella misma declara en su autobiografía, que cuando se lo sugirieron por primera vez, no tenía ni idea de lo mal que se pasa para llevar a cabo una obra de teatro. La adaptación de una obra policíaca de teatro es más difícil que la de un libro ordinario debido a lo complicado de la trama, suele haber muchos personajes y pistas falsas, lo que contribuye a que resulte confusa. Había que conseguir la simplificación.

En 1943, decidió ser ella misma quién escenificara Diez Negritos. La idea le había parecido tan difícil que le fascinaba. Llevar al escenario una trama tan compleja, con tantos asesinatos, sin caer en lo ridículo y sin que se adivinara fácilmente quién era el asesino... "Es imposible llevarla a escena", le decían. Pero la realidad fue que la interpretación fue sorprendente y fue creciendo la tensión, el miedo y la desconfianza que surgían de los personajes. Las muertes estaban tan bien planeadas que a lo largo de la función, no hubo el menor asomo de risa, ni muestra de que la trama pareciera absurda o ridícula. En fin, los resultados fueron tan buenos que la impulsaron a convertirse en adelante en autora teatral.

Le encantaba escribir obras de teatro, por la sencilla razón de que no era su trabajo. Según ella le resultaban más fáciles de escribir que las novelas, pues no le estorbaban las descripciones que son indispensables en un relato, pero que hace perder el hilo de la acción.

Diez Negritos se presentó con éxito en el teatro St. James hasta que fue bombardeado, después trasladaron la obra al Cambridge durante algunos meses.

Y hoy, 69 años después del estreno, vuelve a alzarse el telón para demostrarnos que las obras maestras no pasarán de moda y aún más que disfrazándolas, pueden incluso convertirse en auténticos hitos mediáticos... ¿O no les suena el argumento?. Diez personas encerradas en un sitio del que no pueden salir, son eliminadas una a una. Sin duda Ágatha Christie se adelantó a su tiempo. Creemos y esperamos que encuentre la obra tan actual como el día de su estreno.

Ricard Reguant 

Font: teatrebcn.com